“Tetralema” significa “cuatro proposiciones” (“tetra” es cuatro y “lema” es proposición en griego). Respecto a dos proposiciones que pueden nombrarse “A y B” y a sus opuestos “no A y no B” se pueden concebir 4 combinaciones:
Según la lógica aristotélica clásica, estas 4 posibilidades son
incompatibles ya que de otra manera P y no P o ambas serían verdaderas y las
posteriores implicaciones serían auto contradictorias. Y serian exhaustivas
(por lo menos una debe ser verdadera, ya que si todas fueran negadas entonces,
“no A” y “no no A” o “no B y “no no B” o ambas, serían verdaderas, lo cual contradeciría
al Medio Excluido de la lógica aristotélica clásica.
El tetralema también se puede esquematizar con un carácter afirmativo de la
siguiente manera:
“X”, “X o no X”, ambos X y no X; ni
X ni no X”. Estas son combinaciones concebibles
y, a pesar de la interpretación clásica, a mi modo de ver, en esto radica la
clave que supera al medio excluido. Son concebibles como aquello que Es o en el
Ser epistemológico fundamental cuya oposición comparativa “no-ser” también
puede ser concebida como una proposición positiva; no porque se concibe al
no-Ser absoluto en sí (Parménides diría que esto es imposible) sino porque se
concibe al no-ser relativo que depende del concepto más fundamental del Ser
absoluto.
En otras palabras, la oposición “no-ser” también es. Y pienso que este ser
(que puede llamarse el Ser absoluto) permite tres niveles de lógica: la lógica
clásica con el Medio Excluido (resumida con la frase “o es o no es” o sino “o
esto o lo otro”), la lógica dialéctica o de procesos infinitos que involucran a
opuestos complementarios, holones y asuntos como la aritmética axiomática después de Gödel (resumida con la
frase “ambos son y lo otro también es”) y la lógica de la negación o de la
posibilidad que la lógica en sí tiene de llegar a conclusiones absolutas (llamada
por varios pensadores indios en relación a la Realidad absoluta “lógica neti
neti”, la lógica de la “negación de las cuatro esquinas”, una extensión del
tetralema o “Catuskoti”.
De acuerdo al filósofo renacentista Nicolás de Cusa, los opuestos se
reconcilian respecto a infinidades y también respecto a Dios. Esto recuerda a
la lógica de los opuestos complementarios en relación a la existencia relativa que
el filósofo Archie J. Bahm en su filosofía Organicista.
Fue el filósofo budista Nagarjuna quien usó una versión del tetralema de
manera más radical y excluyente o negativa para establecer que ni la realidad
relativa ni la Realidad absoluta (a pesar de su doctrina de las “dos verdades”
una relativa y otra absoluta e inexpresable) pueden ser descritas por la lógica
por lo que la lógica también llega a demosstrar la vacuidad de todo lo
concebible.
Nagarjuna no se interesa en el tipo de dialéctica que se hace posible en Nicolas
de Cusa y en Archie J. Bahm (siempre que se admita la imposibilidad de una
conclusión final y excluyente en las relaciones polares). Por eso, respecto al “yo”, Nagarjuna afirma:
“el yo no es real, el no yo no es real, no es real ambos el yo y el no yo, no
es real ni la negación del yo ni la negación del no yo”. Y esto esto se puede extrapolar respecto a
cualquier afirmación: No X, no no X, no (X y no X), no (ni X ni no X). En otras palabras, para Nagarjuna, según la
lógica no se puede decir nada válido de manera final acerca de algo particular
o de algo trascendente sino solo percatarse de esta imposibilidad y de alguna manera
intuir o experimentar a la No Dualidad directamente.
Yo intuyo y deduzco, pienso que esta No Dualidad se puede percibir en la intuición
que fundamenta al Principio de Identidad, en aquello que reconoce detrás de
todo lo que Es y que en esto se unifican las más refinadas concepciones Hindúes,
Judías, Católicas, Musulmanas y Budistas.
En la tautología “lo que es es” (que al fin y al cabo fundamenta a la
lógica) se halla implícita la imposibilidad de definir por medio de una lógica
comparativa concebible aquello que es. Solo permite pensar hasta que no se
puede definir el fundamento del pensar aparte de que es.
Aquello de lo cual nada más completo, perfecto puede concebirse por
necesidad es. Si no fuera así no sería ni completo ni perfecto pues carecería
de una cualidad fundamental: la existencia. No es que deba existir algo por el
solo hecho de imaginarlo. Solo en el Ser Absoluto se da esta inevitabilidad.
También solo en saber que somos porque se sabemos que pensamos se da esta
inevitabilidad. El Ser Absoluto y la existencia se conjugan junto con saberse
ser. Y estas intuiciones que fundamentan cualquier posibilidad de pensamiento
no contradictorio son tan básicas como el Principio de Identidad.
El Vedanta afirma un Ser Absoluto que la mente humana no puede clasificar.
Esto a través del “neti neti” que es parecido a la lógica del budista
Nagarjuna. El catolicismo utiliza el medio excluido para afirmar la existencia
de un Dios totalmente Trascendente que solo se puede entender con la fe. La
dialéctica de Archie J. Bahm, de Nicolas de Cusa y otros (a veces en culturas con
una relación más fluida e íntima con la naturaleza) solo sirve para incluir la
realización de que hay un misterio a veces llamado “Coincidentia Oppositorum”
que relaciona a los opuestos. Como en su ápice muchas sabidurías se unifican o complementan,
esta dialéctica también podría ser una forma de pensar en un sentido relativo acerca
del Tao (un Tao simbolizado por el Taijitu que representa separación, complementación
e inmanencia mutua).
El Ser se revela como la afirmación “lo que es es” y en sí el Ser que permite
estas tres lógicas no puede ser conocido por estas tres lógicas, aunque tengan
diversos grados de inclusividad, siendo la dialéctica más inclusiva que la lógica
del Medio Excluido y, asimismo, el “Neti Neti” Védico y el Catuskoti de
Nagarjuna y otros más inclusivo que la lógica de la dialéctica. Además, la lógica
más inclusiva podría incluir a la menos inclusiva, siendo la lógica clásica con
la del Medio Excluido la menos inclusiva.
La naturaleza última de la Realidad solo se puede intuir, aproximar, comprender
en comunión, trascendiendo la lógica o las tres lógicas (aunque sin abandonarlas
debido a la presencia del Absoluto en el Principio de Identidad) y esto se puede
empezar a reconocer llegando a los límites del pensamiento de forma exhaustiva racional
tal como Nagarjuna usando las tres lógicas ya expuestas y (por medio de ellas) entendiendo
los límites del pensamiento conceptual. Solo se puede comprender qué lo que es esencial
para toda concepción (el Ser absoluto) fundamenta y trasciende a estas tres
lógicas que son variantes de una afirmación incuestionable.
En la tautología “lo que es es” (que fundamenta a la lógica en relación al
Principio de Identidad) se halla implícita la imposibilidad de definir por
medio de cualquier lógica comparativa aquello que es. Solo nos permite pensar
hasta que no se pueda definir el fundamento del pensar por sobre saber de forma
ineludible que … es. Nos permite llegar al límite, sin abandonarnos sino que
(para poder descubrir algo) forzándonos a concentrarnos en lo que es.
La intuición epistemológica esencial que se experimenta para pensar con
sentido lógico cualquier cosa esta comprendida en la frase “lo que es es”. Y aquello intuido fundamentaría todo y sería nuestra
conexión epistemológica con la realidad del Ser Absoluto que no podría contener
una contradicción verdadera en sí mismo sino solo una contradicción aparente y
relativa (ya que lo que aparentemente “no es” también “es” y es concebible como
una afirmación).
En ese sentido, el ser y también el saber que se es cartesiano (el saber
que se es debido a saber que se piensa, que se siente, que se experimenta) serian
(desde nuestra percepción dual) dos aspectos de una Realidad mentalmente aproximable
por el concepto de un monismo no dual trascendental. Y esta Realidad Suprema como
un monismo no dual trascendental con dos aspectos (uno epistemológico y otro ontológico)
también podría llamarse (una vez más, desde nuestra perspectiva dual) un
Monismo Neutral, una Realidad Suprema que expresa Ser y Consciencia. La Consciencia y el Ser serían dos aspectos indisolubles
y complementarios de la Realidad Suprema que (a modo Panenteísta) contendría toda expresión propia expresada como una realidad
relativa.
Propongo que cuando la Consciencia se olvida de sí misma entonces expresaría
su aspecto ontológico de Ser como materia en uno de tres dominios de la
realidad contingente; cada dominio principalmente controlado por una de las
tres lógicas fundamentales. Sería como si parte de su ser se hubiese extendido
fuera de si mismo, capturando con eso en mayor o menor grado la Libertad
Absoluta de su Consciencia o experiencia trascendental. Dicho de otro modo, dejaría
(en un sentido Tomista) de ser “Acto Puro” extendiéndose (y con ello su vida o vivificación)
de forma Panenteísta, como una multiplicidad de seres y consciencias aparentemente
limitados y aparentemente fuera o expulsados de la única y verdadera Realidad.
Sin embargo, la Creación sería ex nihilo (el Ser absoluto no
necesita nada fuera de sí para crear). También sería como una extensión del
Creador imaginando partes o potenciales seres suyos como si estuviesen fuera de
sí. Y, ya que es como una extensión del Ser y la
Vida misma en, aunque fuese en el fondo un acto imaginario, sería una creación
noble por ser un “sueño” del Ser absoluto.
Y esto podría realizarse por voluntad propia y no por necesidad y no limitaría
en nada a su esencia infinitamente trascendente, pues solo sería como dicen los
hindúes, un Maya, un sueño, una apariencia. Y, en efecto, el no ser absoluto de Parménides
solo sería una posible concepción del Ser absoluto, esto es, el Ser absoluto considerando
la ilusión de negarse a sí mismo, como una posibilidad conceptual. Es más, esta
forma de entender a la creación sería compatible con el concepto budista que el
universo (como una apariencia de objetos intrínsecamente vacuos) nunca fue creado
ya que en última instancia sería una apariencia de ciclos interminables dentro de
una naturaleza sin realidad propia. Mientras que muchos teólogos católicos no se
sienten cómodos que la creación sea como un sueño, se olvidan que el concepto
de un soñador podría (desde nuestra perspectiva contingente) ser compatible con
el de un espíritu inmanente. Por otro lado, lo que olvidan los budistas es que
esta esencia se halla en el Ser y Consciencia absoluto.
Este concepto sería compatible con pensar que el universo (con sus múltiples realidades) se hallaría en el Ser y Consciencia absolutos, Dios. Una creación que - como un sueño no extingue al soñador – tampoco esencialmente extinguiría o limitaría a este Ser, especialmente si fuese la Realidad Eterna e Infinita. Su esencia (el soñador en sí) trascendería infinitamente al universo multidimensional más grande que pudiera existir.
En el principio de Identidad se conjugan el Ser y su Consciencia inescapables, fundamentales, mutuamente implicados y transcendentemente indiferenciados. La Consciencia sería el Ser consciente de sí mismo y el Ser sería la Realidad absoluta de la Consciencia. Inseparables. El “pienso por lo tanto existo o soy” (o “sé que pienso, por lo tanto, sé que soy”) cartesiano (siendo lo único de lo que podemos estar lógicamente totalmente seguros) representa al Ser absoluto consciente de sí mismo instaurado como esencia en la entidad humana y en cualquier nivel de otros seres racionales, auto conscientes, con libre albedrio.
Una vez más, epistemología
(capacidad de pensar) reconoce su ontología (realidad existencial como ser) y para
que sea posible ese auto reconocimiento se involucra el Principio de Identidad
(lo que es es), un principio fundamentado en el Ser en sí, considerado como no
dual y absoluto.
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